Norma de Botero es la mamá del director Jorge Andrés Botero, ella está diagnosticada de una enfermedad terminal. Cuando el director se entera le apremia la necesidad de grabarla, a ella, a él mismo y a su familia… De esta manera los recuerdos de infancia, fragmentos de una madre joven alegre, desinhibida y vital, a la que el director grabó desde niño, se alternan con la incertidumbre de lo que ha de venir, de un fatigado y silencioso padre que quedará solo.
Botero ha producido importantes películas colombianas como La playa, D.C. y X500, del guionista y director Juan Andrés Arango; un trabajo que, por su propia naturaleza, es desconocido por el público más amplio. Quizás por este motivo resulta admirable la decisión de exponer la intimidad de su familia en su primer trabajo como director. “Filmar se convirtió en una manera de mantener la distancia”, afirma Botero al observar su insistencia en registrar la larga enfermedad y la inestable vida familiar después de la muerte de su madre. Este emotivo documental performativo parece el medio adecuado para cuestionar a sus hermanas y a su padre sobre el silencio y el orden “natural” de su familia.